Apuntaciones sobre el estudio del paludismo / por F. Guevara-Rojas.

  • Guevara Rojas, Felipe, 1878-1916.
Date:
1912
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Credit: Apuntaciones sobre el estudio del paludismo / por F. Guevara-Rojas. Source: Wellcome Collection.

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    Lo misino puede decirse de algunas hematíes torcidas, do- blxixr, plegadas, que más de una vrez me han sido señaladas co- no formas típicas de las semi-lunas dei parásito estivo-autumnal. Sin embargo, el parecido es muy remoto: no existe estructura alguna, ni pigmento. Contra este error no tengo sino recomen- dar de nuevo el estuiio de la sangre normal, en la cual se obser- van siempre estos glóbulos deformados, en mayor ó’ menor cantidad. En los anímicos se encuentran también otras deformaciones curiosas de las hematíes, que toman una forma bizarra con espe- cie de colas y apéndices de dimensiones y aspecto variables. Aunque aquí la confusión es más difícil, conviene tenerlas en Cuenta para no dejarse intrigar por ellas. Pero sin cuestión la causa más importante de error, tanto en la sangre fresca como en la coloreada, son las plaquetas san- guíneas, mal llamadas hematoblastos. Estos corpúsculos se aco- modan. á veces tan bien en la concavidad de las hematíes, que les forma una especie de lecho, que se hace difícil descubrir la simu- lación. La pequeña presión de', corpúsculo basta para desalojar la hemoglobina hacia la periferia, dejando un espacio claro que contribuye singularmente á aumentar la ilusión. Si para colmo de desgracia viene un poquito de polvo, una de esa pequeñas im- purezas de que no están exentas ni aun las preparaciones más limpias, que simule el pigmento, la ilusión es completa y el ob- servador que no sea muy cauteloso cae seguramente en el error. Eí difícil explicar por escrito los pequeños matices que permiten casi siempre despistar el error. Estas son cosas que solo la prác- tica puede enseñar. Me limitaré á decir que las plaquetas san- guíneas no tienen tampoco la opacidad del hematozoario, que sus contornos son mucho más indistintos y que con un poco de habi- lidad puede uno asegurarse de que están encima ó debajo del glóbulo rojo y nó dentro del glóbulo mismo; por último, las partí- culas microscópicas de polvo y los precipitados de que hemos hablado, no tienen nunca la misma apariencia del pigmento palúdico. En lugar délas plaquetas, puede también ocurrir que una partícula de sucio) acomodada sobre un glóbulo rojo, desplace de